On the blog Filosofía de a pie (Pedestrian philosophy), Alejandro Martínez notes [1] that “the T-shirt is the flag”, amidst the 2014 FIFA World Cup in Brazil [2] and the Colombian presidential election [3], about “the wicked association of football and politics”:
La televisión y la prensa han catalogado a estas elecciones como las más álgidas desde hace años, quizás de los últimos dieciséis años, a pesar de que los dos candidatos representan formas muy parecidas de gobernar, con ideologías bastante similares y orígenes e intereses comunes. La verdadera razón es que, mientras las urnas se van armando, las calles se llenan con pitidos y vuvuzelas. Las banderas ondean asomadas a las ventanas y el tricolor se siente por todas partes. No, no es la fiesta de la democracia. No es el entusiasmo de un país que espera elegir a su representante. Es un pueblo que celebra el triunfo de quien los representa. Es una nación que se identifica con la felicidad de Armero, la actitud serena de Falcao e, incluso, la tranquilidad de Pekerman. Es un país que se recuerda en los pocos triunfos del pasado y en las posibilidades del hoy. Es la celebración del fútbol, el carnaval de la pelota.
TV and the press have classified this election as the most critical of the past years, from the last 16 years, although both candidates represent very similar governing styles, with very similar ideology and common interests. The real reason for that is while the polling stations are being set up, streets are filled with whistles and vuvuzelas. The flags wave from the windows and the three-colored [flag] is everywhere. No, this is not the party of democracy. It's not the enthusiasm of a country that expects to choose its ruler. They are people celebrating the triumph of those who represent them. It's a nation that relates to Armero's happiness, Facao's serenity and even Pekerman's peace. It's a country that remembers the few past triumphs and the possibilities of today. It's celebration of football, the carnival of the ball.